“Resumen ejecutivo
En meses recientes, el COVID-19, padecimiento ocasionado por una cepa de coronavi- rus, se ha propagado por el mundo, acompañado de la proliferación de desinformación y «discursos de odio» en contra de personas de ascendencia china o asiática.
La libertad de expresión ha sido una de las víctimas de la epidemia, dado que algunos gobiernos han empleado la censura, el arresto de personas y la aplicación de leyes re- presivas para abordar estos problemas y controlar las narrativas públicas sobre la crisis.
En febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por una «infodemia» ocasionada por la oleada de información falsa y engañosa sobre el COVID-19. La gente tiene más acceso a publicaciones en redes sociales sobre curas fal- sas, teorías de la conspiratorias e informes inexactos sobre la propagación del virus, que a información proveniente de fuentes autorizadas. En ocasiones, estas falsas ver- dades se cuelan hasta aparecer en los canales tradicionales de información. En muchas otras, la desinformación ha logrado desviar la atención de los responsables de las polí- ticas, ha promovido la desconfianza en gobiernos y ha sembrado la confusión entre la opinión pública.
El brote de COVID-19 también ha provocado miedo, discriminación e intolerancia en muchas partes del mundo. Muchas personas y comunidades que son objeto del «dis- curso de odio» se preocupan de que éste pueda derivar en discriminación o violencia.”